Muchas personas me preguntáis por cómo va el libro, si lo
sacaré en papel, si hay alguna editorial interesada etc etc. En esta entrada
intentaré explicar de manera clara y resumida la situación actual de mi novela.
Lo primero que tengo que decir es que habrá segunda parte.
Estoy escribiéndola actualmente y aunque no se puede decir que esté muy
avanzada, sí que la experiencia pasada me ayuda a planificarme mejor y a
reducir los tiempos, por lo que verá la luz muy pronto. No es menos cierto que
ha sufrido retrasos, primero por el concurso y posteriormente por asuntos
personales, los cuales requerían de toda mi atención.
Digitalmente, esto es, en libro electrónico, estoy
estudiando subirlo a Amazon, pues sería bueno contar con otra plataforma de
distribución además de Tagus. Si bien Tagus (Casa del Libro, Corte Inglés,
Worten…) ofrecía a priori una estupenda plataforma de distribución, los
resultados de venta no han sido los esperados, aun siendo positivos, por lo que
hay que expandir horizontes.
Pero metámonos en harina, o en papel, para ser más exactos.
¿Saldrá el libro en edición impresa? ¿Hay editoriales interesadas? Actualmente no hay ninguna editorial interesada. Hace
algunas semanas volví a enviar una oleada de propuestas editoriales a algunas
editoriales, valga la redundancia, recibiendo en muchos casos una respuesta
negativa con mayor o menor “tacto”, y en otros casos el silencio como
respuesta. Es importante aclarar que opté por enviarlas a editoriales pequeñas,
dejándome las grandes. He de decir que, a pesar de la negativa, hubo una
editorial que se portó especialmente bien conmigo, (Editorial PezSapo) y que del
resto… hubo de todo, desde correos automáticos hasta silencio, pasando por “corta
y pega.”
¿Y por qué me dejo
las grandes fuera? Las grandes editoriales reciben miles de manuscritos, además
sus criterios de publicación han cambiado: no necesitan apostar por autores
noveles, tienen más que suficiente por fichar al que despunta o por publicar
libros a personajes mediáticos con más o menos fama. Además, en el caso del
grupo Planeta, no voy a molestarme en enviar mi manuscrito. Como ya sabéis,
participé en el concurso Tagus (perteneciente al grupo Planeta) y quedé
tercero. Entiendo que han leído mi novela —ironía— y que no consideran
necesario ni oportuno publicarla, por lo que no perderé ni haré perder tiempo a
nadie.
Sin embargo no solo existe esta vía para publicar con una
editorial. Hay empresas dedicadas a “mediar” entre autor y editorial, las
llamadas agencias literarias. Ofrecen sus servicios a cambio, lógicamente, de
pasta. ¿Es ético pedir pasta por adelantado y, en caso de éxito, asegurarse un
porcentaje de las ventas obtenidas? Que cada cual piense lo que quiera, yo no
voy a dar dinero a nadie, más que nada porque casi todas las empresas me
parecen un timo que huele desde lejos.
Tan solo hay una empresa que sí me inspira confianza. No es
una agencia literaria al uso, es más bien una empresa que se dedica a dar
servicios a escritores tales como
informe de lectura, corrección, mediación con agencias o editoriales… Todo ello
dejándote las condiciones bien claras en las descripciones de dichos servicios.
Y, en este punto, es necesario preguntarse algo: ¿Merece la pena pagar un
dinero para que un grupo de expertos —esta empresa puede presumir de tenerlos—
valore mi obra y emitan un informe de lectura que puede despejar dudas,
clarificar conceptos y abrir puertas en el mejor de los casos? Sí. Sin duda.
Pero digo con la misma sinceridad que, actualmente, no puedo gastar más
recursos ni dinero en la novela. Independientemente de la situación económica
que tenga, estoy enrocado en una postura clara: quien quiera apostar por mi
obra que lo haga con todas las consecuencias. Yo arriesgo mi novela y garantizo
trabajo y dedicación.
Hay, no obstante, una tercera vía para publicar en papel y
no es otra que la auto edición. El concepto es sencillo: yo sería mi propio
editor y pagaría por cada tirada de ejemplares que se hiciera. Dentro de este
mundo hay de todo, desde editoriales que se ocupan hasta del más mínimo detalle
hasta imprentas que te facilitan la impresión y punto. Lógicamente el precio
final de cada ejemplar varía.
¿Podría entonces hacer una tirada de X ejemplares e intentar
venderla? Sería cuestión de empezar vendiendo en La Solana y organizar
presentaciones en distintos pueblos y ciudades. Sería factible, pero requiere
de un desembolso inicial inasumible actualmente por mi parte, sabiendo, además,
que la venta de esos X ejemplares no está garantizada, por lo que tampoco lo
está el recuperar la inversión. A todo ello hay que sumar los costes que
conlleva organizar actos fuera de la localidad. En fin, un carajal curioso.
Vale, a estas alturas de post quizás algunos de vosotros os
estéis preguntando que si no contemplo la impresión bajo demanda de Amazon. A
todas luces, la más sencilla y en la que el riesgo económico es cero. Basta con
subir mi obra y darle al botoncito. Listo. Cualquier persona puede comprar mi
libro en papel y, tras unas semanas, le llegaría a casa, Amazon me pagaría el
porcentaje estipulado y todos tan contentos. Maravilloso salvo por dos detalles:
el primero es que he oído experiencias de escritores de todo tipo. Desde “mi
libro llega fenomenal” hasta “mi libro lo imprimen como el puto culo”. El
segundo es que también me llegan comentarios de que este tipo de servicios
cierra las puertas de editoriales tradicionales, ya bastante cerradas de por
sí. Francamente, no me apetece jugarme el trabajo y el esfuerzo que ha supuesto
llegar hasta aquí con la novela para que en Amazon no la traten con el respeto
que se merece. Lo de cerrar las puertas de editoriales, como dice el otro, ya
tal.
Concretando… salvo subir el libro a Amazon, todo lo demás
requiere desembolso económico. Todas las puertas que tengo delante están
cerradas y la única llave es la pasta. Poderoso caballero es don dinero.
Así están las cosas. Todo muy negativo, qué le vamos a
hacer. Seguiré escribiendo y preparando la segunda parte, retomaré otros
proyectos que han quedado paralizados y seguramente escriba algo completamente
distinto a Sacromonte, pero todo como lo hacía hace un año: sin esperar nada.
Puedo resumir la experiencia de los últimos meses en una sola frase: Tus sueños
llegarán tan lejos como tu cartera te lo permita.
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